Las dietas a base de alimentos cocidos y privados de sus enzimas tienden a engordar, por mucho que se cuenten las calorías. Los granjeros norteamericanos descubrieron hace mucho tiempo que los cerdos alimentados con papas crudas no engordan, mientas que los alimentados con papas cocidas engordan rápidamente.
Las enzimas activas de los alimentos crudos permiten la digestión tan eficaz que no solo se evitan los trastornos gástricos de la putrefacción y la fermentación, sino que puede eficazmente quemar todas las calorías y no se acumula grasa.
De hecho, gran parte de la “grasa” de las personas obesas no es tejido adiposo, sino voluminosas acumulaciones de mucosidades y desechos tóxicos que sobresalen de la pared intestinal, la papada, los ganglios linfáticos y otras partes del cuerpo donde se almacenan tales desechos. El Dr. Howell Demuestra que es imposible engordar a nadie con alimentos crudos, sea cual fuere el consumo de calorías.
No coma nada que no pueda estropearse o pudrirse, ¡Pero cómalos antes de que lo haga!
La harina blanca refinada, por ejemplo no se estropea, mientas que si se estropea el grano integral recién molido.
El principal rasgo distintivo entre los alimentos vivos y los muertos es la presencia de enzimas activas en los productos frescos. Los médicos taoístas denominan qi (t’chi) energía a este factor viviente y activo de los alimentos, y el qi de las enzimas constituye, con mucho, el elemento mas fundamental de la salud.
La ciencia occidental muy bien sabe que las enzimas son unos compuestos frágiles que quedan destruidos en presencia de un intenso calor, humedad excesiva, oxígeno, radiación o productos químicos sintéticos, factores que intervienen en la cocción, envasado, refinado, preservación y pasteurización de los alimentos.
Las enzimas son muy importantes para una correcta digestión, para la eficacia del metabolismo y para la salud en general del organismo.
Las enzimas son unos catalizadores bioquímicos segregados por el páncreas y otras glándulas y órganos. Algunas se usan para la digestión, mientras que otras entran al torrente sanguíneo y eliminan los gérmenes peligrosos, las células muertas y dañadas y toxinas.
Puesto que las dietas “civilizadas” se componen casi exclusivamente de alimentos cocidos, elaborados y artificialmente refinados, están por completo desprovistas de sus propias enzimas originales. En consecuencia el cuerpo debe producir las enzimas que necesita para digerir las enormes cantidades de alimentos muertos y pesados que el hombre moderno ingiere a diario.
La mayor parte de las enzimas debe ser producida por el páncreas, un órgano tan agobiado de trabajo e inflamado en la especie humana de hoy, que actualmente no existe en el planeta ninguna otra especie que posea un páncreas tan grande en reilación con el peso total del cuerpo.
La capacidad del organismo para producir enzimas es limitada.
“Cuando llega al extremo de no poder seguir produciendo ciertas enzimas, se acaba la vida”, escribe el Dr. Howell-, en su libro Enzyme Nutrition.
Lo anterior concuerda con el principio taoísta según el cual, cuando el cuerpo no puede seguir produciendo semen, hormonas y otras formas jing (“esencia vital”, incluyendo las enzimas), llega la muerte.
Las enzimas contienen una chispa de qi (T’chi) energía y por tanto es necesario absorber qi para producirlas. Las reservas de qi vivo del organismo son limitadas: cuanto mas de prisa se consumen, antes termina la vida.
Para responder al consumo masivo de alimentos desprovistos de enzimas, otras partes del cuerpo, como el cerebro, los músculos, las articulaciones y los nervios, se ven crónicamente privadas de las enzimas vitales que necesitan para funcionar normalmente, presentándose todo tipo de enfermedades.
Por lo anterior mi querido lector, es muy importante para tu salud y la de tus seres queridos que reflexiones y pongas un alto al suicidio paulatino que estas haciendo.
Si tú dieta actual esta dentro de la generalizada, es decir el 98 por ciento es desnaturalizada, por que no reducirla al 33 por ciento.
Preguntarás ¿Pero cómo? Pues muy fácil, lee lo siguiente:
Desayuno, solo come frutas hasta que estés satisfecho.
Comida come normal. Congestiónate de alimentos desnaturalizados.
Cena. Otra vez ensalada de verduras o frutas.
Se que después de que solo ingieras frutas o ensaladas a la hora o 2 horas ya tendrás hambre otra vez. Bien pues llévate a tu trabajo una neverita con frutas y cómelas cuando las necesites.
Hazlo por un mes y después me escribes para que me cuentes tus resultados.
Trasmítele esto a tus hijos, hermanos y seres queridos, dales salud vida y alegría.
Te deseo paz, felicidad, salud, amor, dinero y mucha luz.
Bibliografía. El tao de la salud el sexo y larga vida. De Daniel Reid.
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sábado, 28 de noviembre de 2009
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